Cómo Vivir de una Granja de Caracoles: Una Guía Práctica para Emprendedores


1. INTRODUCCIÓN
La carne de caracol tiene un prominente valor proteico y según Aliaga García et al. tiene las próximas virtudes: 1) lubrica las vías respiratorias, lo que contribuye a sanar condiciones pulmonares; 2) por el hecho de que es abundante en calcio y ácido poliinsaturado, sugerido para casos de raquitismo y contra el colesterol; 3) por su contenido en minerales y hierro, su consumo es bueno en mujeres embarazadas y lactantes. Se usan los caracoles con un peso de diez – 15 gramos.
Desafío del caracol planteado por considerablemente más de 40 peldaños
Aparte de un apreciado manjar, el caracol se encuentra dentro de los puntos habituales de la economía sumergida de españa. A consecuencia de la llegada de la crisis, un elevado número de inmigrantes, que pasaron a depender del caracol para subsistir en este último conjunto, a consecuencia de la incorporación del elevado número de inmigrantes. Este es un fenómeno que ocurrió antes con las setas y puso patas arriba el mercado de los gasterópodos. Quienes lo han probado, comentan que les semeja increíble que un animal genere algo tan exquisito tras copiarlo diez o quince ocasiones. “El gusto es profundo. Si cierras los ojos y lo saboreas, te recuerda la fragancia del campo. ¡Es una sensación única!” afirma Raquel.
El kilo de caracoles andaluces se vende a unos 8 euros. Su número prosigue incrementando, singularmente en Andalucía y Aragón. Los caracoles se mueven de manera lenta, pero la helicultura, la llamada cría de estos moluscos gasterópodos, es rápida. Para acrecentar su población y no perderse la temporada navideña, Fernando tiene planeado hallar huevos de caracol de una granja en Galicia. Invertirá tres mil euros en cinco kilogramos de huevos -500 cada uno de ellos- que se transformarán en cinco mil kilogramos de caracoles en el mes de diciembre. “Tenemos que iremos a perder algo, pero si hace frío y llovizna, todo va a ser mucho más simple”.
Un campo «joven»
En verdad, apunta que «hay que llevarlo a cabo todo», pues el ámbito es «parcialmente joven» y «nació hace 30 años» en España . Pese a ello, son vanguardistas en el campo de la genética o la nutrición del caracol para prosperar el producto. A su juicio, es en la reforma «media-alta» donde el caracol debe «sentarse solo» por el hecho de que el cliente está presto a «abonar mucho más por un alimento diferente», que no puede competir en precio con los importados de otros países. . “Si hacemos lo mismo que todos los otros, vamos a un nicho de competitividad de costos y debemos proceder a la competitividad de calidad. Hay que buscar un caracol mucho más sano o mejorado orgánicamente y se precisa toda esta innovación”, sintetiza.
Una de esas creaciones son los probióticos de caracoles, desarrollados tras el hallazgo «hace varios años» de una cepa de lactobacillus concreta para caracoles, que puede emplearse para generar animales mucho más sanos que precisan menos régimen veterinario. En lo que se refiere a reforzar nichos de mercado, la penetración es en los hogares, donde Marcelo piensa que tienen la posibilidad de medrar fortaleciendo con platos preparados que integren caracol en sus elementos como elemento primordial o como elemento secundario. “Hay un sendero por recorrer que podría ser bien interesante, y sugiero a las compañías procesadoras que lo introduzcan como un ingrediente mucho más”, afirma.
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